Historia de Urantia

Cuenta la leyenda que en las áridas tierras de Urantia la sangre corre como lo hace el vino. Hace siglos que sus habitantes disputan los territorios empuñando sus armas con honor y valentía.

Enanos y elfos se limitan a proteger sus tierras. Ambas razas tienen un acuerdo: si orcos o humanos osan pisar sus territorios aunarán sus fuerzas para acabar con la amenaza.
No obstante, los ambiciosos orcos y humanos desean conquistar más territorio. Estas dos razas están en guerra continua entre ellas.
Por otro lado están los elfos oscuros, llamados vulgarmente drows. Sus enemigos principales son los elfos. Fueron desterrados hace mucho tiempo de las tierras elfas. Ahora, desde las entrañas de la tierra, buscan venganza, eso es lo único que les mueve.

Los humanos buscan poder, les ciega la riqueza. Tanto es así que no sólo ambicionan las tierras del resto de la isla, sino que entre sus distintos reinos también se suceden guerras continuas por esta causa.
El reino de Sempitrex ocupa el centro de las tierras humanas, la mayor parte de su territorio. Dwarven II, rey de Sempitrex, tiene un claro objetivo: expandir sus territorios poco a poco hasta ocupar la totalidad del territorio para después poder atacar con mayor facilidad las tierras enanas y elfas.
Dwarven II es hijo del fallecido rey Dwarven I. Su padre fue justo donde los hubiera. No ambicionaba más tierras que no fueran las suyas, no obstante su vastas tropas defendían su territorio con honor. Fue un hombre querido por el pueblo, trataba a sus súbditos casi como iguales. Ahora, tras su fallecimiento, la situación ha cambiado. Su hijo es altanero, dicen las lenguas que todavía nadie ha podido mirarle a los ojos sin su consentimiento. Tiene al pueblo sometido a una tiranía. Ahora las tropas son utilizadas para conquistar más territorio. El reino de Sempitrex está en guerra con los otros tres reinos. Es una guerra encarnizada. La sangre corre, las cabezas ruedan...
Sempitrex es poderoso, los otros reinos hacen frente a su amenaza como pueden. La guerra en las tierras humanas está desatada.

Por otra parte, los vastos ejércitos de orcos, avanzan con lentitud hacia las tierras elfas. Si consiguen con éxito su propósito y llegan hasta allí, se desatará una lucha vil y sangrienta. Los enanos acudirán sin duda a la llamada de ayuda de los elfos, ya que saben con certeza que si las tierras élficas son conquistadas, el poder de los enemigos crecerá y ellos serán los próximos.
Las tropas de orcos son abundantes, casi todas enviadas desde el reino de los Blutar´gar . Se mueven lentos, pero son feroces. Sus rugidos son espantosos y llenos de ira. Destruyen todo aquello que se cruza por su camino. Su objetivo se acerca con cada paso dado...

Los elfos son conscientes del peligro al que se afrentan. Están preparados para la batalla con tal de defender sus preciadas tierras. Esperan pacientes la llegada de los orcos.

Los enanos de momento viven tranquilos en sus tierras. Su vida es calmada, no hay disputas entre los habitantes de las tierras enanas, pero son conscientes de que no pueden dormirse en las ramas, ya que el peligro se acerca...

Desde la penumbra acecha otro mal. En el subsuelo habitan los elfos oscuros. Temerarios guerreros desde la sombra.

En Urantia la guerra se desata. El mal se avecina. Difíciles tiempos van a correr en las tierras sagradas...