Crystal entra en la taberna. No hay nadie, aparte del elfo que sirve en la barra, con cara de rutina.
La elfa se acerca a la barra, se sienta en un taburete y le pide al elfo un vaso de agua ardiente. Éste le sirve sin mirarla a la cara. Crystal mira a su alrededor. Nadie. No obstante espera que la taberna se llene pronto, la compañía nunca es mal recibida. Coge su vaso y se traga la bebida de golpe. Arruga el rostro dejando el vaso en la mesa.
-Otro -le dice al camarero que limpia los vasos con un paño sin prestar atención a la elfa. -He dicho que quiero otro -alza la voz con prepotencia. El elfo la mira de soslayo y le vuelve a llevar el vaso. Crystal le sonrie con ironía. -Deberías bajar los precios, aquí no entra ni Dios. -Vuelve a beberse la bebida de golpe y se cruza de brazos mirando al camarero, esperando compañía, o quizás otra cosa...